Vivienda unifamiliar Junto al mar

Integración topográfica y diálogo con el paisaje mediterráneo

El proyecto parte de una premisa clara: transformar el acusado desnivel de la parcela en una oportunidad para estructurar el espacio exterior y fundir la arquitectura con el entorno. Para ello, se propone una ordenación del terreno mediante una serie de plataformas aterrazadas que ascienden progresivamente, siguiendo el ritmo natural de la ladera. Esta estrategia permite no solo domesticar el relieve, sino generar una secuencia de espacios exteriores con distintos grados de privacidad y relación con el paisaje.

La vivienda se sitúa en la cota más alta de la parcela, donde se despliega la terraza principal y la piscina, concebidas como un plano horizontal que se asoma al mar, actuando como mirador y línea de horizonte. Este espacio se convierte en el núcleo exterior de la vida doméstica y en una extensión natural del interior, difuminando los límites entre arquitectura y paisaje.

El conjunto edificado se compone de volúmenes articulados que se adaptan a la pendiente, configurando una nueva topografía artificial. Estos cuerpos construidos —la vivienda y sus plataformas anexas— se implantan con una lógica geométrica que responde tanto a criterios funcionales como a la voluntad de establecer un diálogo armónico con la ladera. La arquitectura se mimetiza con el terreno sin renunciar a su carácter, generando una composición fragmentada pero coherente, donde cada elemento encuentra su lugar en la pendiente.

En definitiva, la intervención redefine el solar a través de la arquitectura del terreno, creando una continuidad visual y funcional entre el paisaje natural y el construido, y consolidando una vivienda contemporánea que se integra de forma respetuosa en el entorno mediterráneo.